domingo, 14 de febrero de 2016

Cualidades secretas (Capítulo II)










(...VIENE de la semana pasada)
Me quedé perplejo, no podía creer lo que estaba leyendo ni lo que estaba ocurriendo. ¿Qué hacía en mis manos un manuscrito ilegible que supuestamente trataba sobre anestesiología, que tenía un papel explicando una especie de ritual satánico y, al mismo tiempo, hacía referencia al Evangelio apócrifo de Tomás?

La historia se complicó aún más. Tres días más tarde, volviendo a mi casa del trabajo por el mismo camino, a la misma hora y en la misma acera encontré otro libro. Me paré en seco, miré a mi alrededor y como no vi a nadie cerca decidí quedarme con él. Justo en el momento en el que me agaché para agarrarlo noté como alguien me miraba, me giré rápidamente y no logré ver nada ni a nadie.

Llegué a mi casa y comencé a analizarlo detenidamente. Tenía la portada y todas las hojas de su interior en blanco, excepto la última página que decía: “Las hojas de este libro todavía no se han escrito”.

En ese momento pensé: “Quién me manda a meterme donde no me llaman”. Quizás un intermediario está contactando con un sicario para encargarle un asesinato y yo, por quedarme con ese manual de anesteseología, ahora me he convertido en ese asesino a sueldo y me están facilitando en clave las indicaciones para matar a una persona.

Estaba paralizado, no sabía qué hacer y me daba miedo contarle esta historia a alguien porque podría convertirse en objetivo de los verdaderos asesinos. Así que pedí unos días de vacaciones en el trabajo y me quedé encerrado en mi casa. No quería volver a pisar la calle y al mismo tiempo me daba pánico pensar que me podrían haber seguido y que supieran dónde vivo.

Mis días libres pasaron de manera muy lenta y continuamente me imaginaba ruidos que no existían y tenía pesadillas en las que aparecía muerto después de ser protagonista de extraños rituales satánicos. Sentía que en mi casa no estaba sólo y muchas veces escuchaba voces que me invitaban a llevar a cabo horribles atrocidades..

Mis vacaciones terminaron y tuve que volver al trabajo. Por suerte los días transcurrieron con normalidad. Poco a poco fui dejando atrás las pesadillas y los sucesos extraños. Mi vida volvía a ser la que era.

Varios meses más tarde, una noche calurosa de verano que no podía dormir, decidí levantarme y salí a dar un paseo cerca de mi casa. Al cabo de un rato andando le di con el pie a algo que había en el suelo, agaché la vista y para mi desagradable sorpresa era un libro. No me lo podía creer.

Un enorme escalofrío recorrió todo mi cuerpo y allí mismo abrí el libro y leí en su primera página: “Has dudado, pero sé que estás preparado para afrontar tu destino con valentía y decisión. En unos segundos sabrás cuál es tu misión”. De repente, noté que alguien posaba su mano sobre mi hombro izquierdo y me susurró: “Hola Martín, soy Tomás”.

Copyright © 2016 Literatumas: blog literario de Martín Lapadula

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